En el año 1998 un “anciano” (ellos a sus “pastores” les llaman ancianos) de Kentuky llamado Bill Bowen, llenando unos archivos confidenciales de su congregación, encontró un caso de abuso sexual de una menor que databa de 1980. El abusador era otro anciano al que Bowen conocía perfectamente, ya que había administrado su misma congregación en los últimos veinte años. Para la propia sorpresa, al revisar el archivo notó que no solo no se había reprendido al abusador, sino que jamás se había dado parte a la policía. Bowen empezó a interrogar sobre el asunto a sus superiores, pero rápidamente fue llamado al silencio por parte de las autoridades internas, e instado dejar las cosas como estaban. Por esa misma fecha el caso de Erica Graza -una chica que cuando tenía once años había sido abusada sistemáticamente por un anciano de su congregación- tuvo mucha repercusión en los medios estadounidenses. A raíz de esto Bowen puso un aviso en Internet para ver si había otros casos parecidos.
Según lo describe Bowen, “la réplica fue una avalancha de respuestas cargadas de dolor y frustración”. Cientos de Testigos de Jehová que habían sido abusados y silenciados dentro de la Organización. A raíz de esto Bowen denunció el caso de su propia congregación y de varias otras personas. A este escenario se le sumó Bárbara Anderson: una Testigo de Jehová que había trabajado en Bethel (la sede central de la organización) durante últimas dos décadas. Inmediatamente se puso en contacto con Bowen; le dijo que ella tenía muchos casos más para añadir a su lista. A principios de 1990 uno de los líderes internos de la organización, le había pedido a Anderson que buscara dentro de los archivos internos, el manejo de los casos de abusos de menores dentro de las congregaciones. Lo que encontró (según sus propias palabras) la enfermó: 5000 informes (files) de abuso sexual contra niños referidos a unas a 23.000 personas que en EEUU, Canadá, Europa y América Latina.
Todo esto guardado en el más absoluto de los secretos no solo para la gente foránea, sino para los miembros dentro de la organización. Bowen hizo público el asunto en una carta escrita al New York Times en agosto del 2002. Y fue inmediatamente expulsado de los Testigos por causar “divisiones internas”. A esta, le siguieron las expulsiones de Barbara Anderson y su marido, luego de 42 años de intachables servicios dentro de los Testigos. Distintas cadenas de noticias y programas de investigación periodística, se hicieron eco del asunto emitiendo emisiones especiales dedicadas al tema. Entre los más famosos figuran el programa de la BBC de Londres Panorama; Jehovah's Witnesses documentary 'Suffer the Little Children', El noticiero de la NBC Y CBS con su programa “El ojo de América”. Los escándalos se propagaron con denuncias judiciales en varios estados de Norteamérica extendiéndose hasta Europa. El 8 de abril del 2003, el programa televisivo Misión Investiga que se emite en la televisión sueca, realizó un programa especial con un número importante de miembros que fueron abusados durante su niñez y se acusó la congregación de “proteger a pedófilos” .Las autoridades de los Testigos iniciaron querellas judiciales por calumnias contra el programa, pero la justicia terminó absolviendo a los periodistas.
Anderson en 2008 publicó un libro "Los testigos de Jehová en crisis: secretos de pedofilia en una religión estadounidense ", que contiene comentarios y unas 5000 páginas de documentación y registros judiciales de cortes en cuatro estados de EE. UU. En el libro Anderson critica duramente e la forma por la cual se trata dentro de la organización los casos de abuso y pedofilia. En él cita la revista “La Atalaya” del 1 de noviembre de 1995 donde se trata el tema y el procedimiento a seguir por parte de la congregación en caso de abuso sexual o de pedofilia, en páginas 28-29, del artículo, “Consuelo para los que tienen un espíritu herido, bajo el título ¿Qué pueden hacer los ancianos? Simplemente declara: “En el caso de que se niegue la acusación, los ancianos deben explicar al acusador que no puede tomarse ninguna medida judicial. La congregación seguirá viendo al acusado como inocente. La Biblia dice que debe haber dos o tres testigos antes de que pueda tomarse acción judicial (2 Corintios 13:1; 1; 1 Timoteo 5:19.)”.
Fuentes: Armando Azeglio “Los Testigos de Jehovà: Historia y Anatomìa de una secta” Libro inèdito.
Fuentes: http://elojociego.blogspot.com.es/2012/07/el-escandalo-por-abuso-sexual-de.html